El sexo de pago y el perfil del putero español
SociedadEn España la prostitución es un negocio extremadamente lucrativo. Un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) estableció en el 24,6 % el porcentaje de hombres españoles que habían frecuentado en al menos una ocasión a una prostituta. No obstante, se cree que la cifra real, es ciertamente muy superior.
Si nos comparamos con el resto de Europa, España sería uno de los países, con diferencia, que más frecuenta a las trabajadoras sexuales y la tendencia, en todo caso, sigue estando al alza con cada año que pasa.
La forma que tienen los hombres de contactar con muy prostituta es muy dispar. Hay quienes ojean diferentes anuncios de putas en el foro especializado sexomercadospain, los hay que prefieren acudir a las calles rojas en donde más transitan este tipo de mujeres, mientras que otros las buscan en los portales clasificados de temática erótica.
Hombres de todas las edades y profesiones
No existe un perfil medio que defina al putero español. Todos los estudios que han tratado de encontrar un punto común entre quienes acuden a la prostitución como una opción para saciar sus deseos sexuales, no han podido establecer un vínculo común más allá de comprobar que la enorme mayoría son hombres. Realmente el perfil es bastante heterogéneo, tanto en edad, como a nivel de clases sociales, de profesión o de formación. También encontramos de todo a nivel ideológico o político y no existen unos parámetros concretos que agrupen a todos los demandantes del sexo de pago.
Quiénes consumen la prostitución
Si bien quienes se van de putas pertenecen a un grupo muy heterogéneo, éstos pueden encuadrarse dentro de cuatro grandes grupos. Por un lado, se encuentra quienes lo ven como algo normal y necesario. Estos consideran que las mujeres solo ofrecen sexo a cambio de dinero. Además, estiman que las prostitutas tienen clientes debido a la falta de oportunidades de muchos hombres para acceder al sexo gratis.
El segundo grupo encuadraría a aquellos hombres que están comprando una experiencia. Estos usuarios viven la prostitución como si fuera un producto que hay que consumir. Buscan la experiencia de estar con una asiática, con una africana o con una mujer de Europa del Este. Quieren saber qué se siente estando con alguien así y acuden a la prostitución porque es el método rápido para conseguirlo.
El tercer gran bloque reuniría a las personas que no logran superar la tentación. Estas personas saben que está mal pero no pueden hacer nada para obviar la pulsión sexual y, al no tener pareja, encuentran en la prostitución la única alternativa.
Por último, el cuarto bloque sería aquel que ha ido con amigos, clientes o compañeros del trabajo y se ha visto en cierto modo obligado por la presión social para evitar ser marginado o ser visto como alguien distinto.
Los ciudadanos, en contra de la prohibición de la prostitución
Pese a que desde hace algunos años los políticos de todo Europa se están encaminando a tomar medidas abolicionistas, los ciudadanos, en cambio, parecen estar en desacuerdo con esta medida. De esta manera, el 77,6 % de los ciudadanos encuestados por el CIS en otro estudio sobre Actitudes y prácticas sexuales, afirmó que la prostitución era inevitable de una u otra forma y que, por consiguiente, lo mejor sería legalizarla para que existiera un mayor control sobre la misma.
La prostitución en cifras
En España no existe una estimación precisa de cuántas prostitutas hay a nivel estatal. Los números oscilan entre las 300.000 mujeres, en los estudios más extremistas y 50.000 en los casos menos alarmantes. La mayoría de los estudios al respecto, eso sí, creen que las cifras de la prostitución en España afectarían a unas 100.000 prostitutas la mayoría de las cuales serían extranjeras.
Una reputada profesora de Sociología y Trabajo Social, afirma que la mayoría de las prostitutas trabaja en ello porque quiere. Según ella, quien vende su cuerpo a cambio de dinero se encuentra en una mala situación económica de la que desea salir a toda costa, pero no puede decirse ni mucho menos que las mujeres que trabajan en la prostitución están coaccionadas.