Ojos tatuados: una práctica con la que se logra pigmentar los globos oculares
EstiloSi existe una forma bastante curiosa y extrema de decoración facial es la de los tatuajes en los globos oculares. Así es, muchas personas ya se han unido a esta moda que causa tanto impacto y fascinación. De esta forma, los tatuajes oculares representan el cambio de color permanente en la membrana del globo ocular, es decir, agregar un color distinto a la parte blanca del ojo. Al igual que en la piel este tipo de pigmentación es permanente, ya que la esclerótica absorbe el color y no lo deja salir.
No cabe duda de que la apariencia de estas personas cambia drásticamente y para muchos puede ser grotesco y diabólico, pero más que querer generar esa impresión, muchos de ellos quisieran replicar a sus personajes favoritos de películas y series de ciencia ficción. Y aunque se crea que esta práctica es totalmente nueva, la verdad es que hay registros en los que ha sido mencionado por un médico griego en el año 150 después de Cristo.
Entonces, ¿qué son los tatuajes oculares?
Es tipo de tatuaje consiste en inyectar tinta de colores en el globo ocular. Este órgano de la cara presenta una zona denominada esclerótica, que no es más que la membrana blanca que constituye la capa exterior del mismo. Esta es una capa gruesa, resistente y muy fibrosa, por lo que para que la alteración que se realiza al color de la membrana sea permanente, es necesario hacer uso de varias inyecciones en distintas secciones de la misma.
Entre uno de los pioneros de esta técnica tan polémica, está el tatuador estadounidense Luna Cobra quién ha teñido los ojos de muchas personas en varios colores, a lo largo y ancho del mundo.
Una práctica con más historia de la que creemos
Los tatuajes oculares tienen una larga historia, y una curiosidad de este tipo de práctica es que en un principio no se usaron precisamente como una alteración estética sino que, este procedimiento fue descrito como un intento de cubrir algunos problemas de opacidad en los ojos.
El médico griego Galego de Pérgamo fue uno de los primeros en describir esta técnica, y es que, en aquella época era una forma para tratar lo que hoy se conoce como leucoma corneal. Los médicos entonces cauterizaban la superficie de la córnea y luego aplicaban el tinte usando una variedad de colorantes, entre los que se encontraba la tinta ferrogálica.
Riesgos para la salud
No está demás decir que tatuarse los ojos conlleva una serie de riesgos que pueden llegar a ser muy graves para aquellos quienes se aventuran a hacerlo. Esta zona del rostro es sumamente delicada por lo que resulta muy peligroso alterarla estéticamente. Para teñir la membrana esclerótica es necesario realizar una inyección, por lo que existe el riesgo de contraer una infección que podría ir directamente al cerebro.
Otra de las consecuencias viene dada debido que al cambiar la coloración natural de este órgano, la persona puede empezar a sufrir sensibilidad a la luz. Además de que se genera la sensación de tener cuerpos extraños en el ojo.
Pérdida de visión: su mayor riesgo
Pero sin duda alguna, quién se lleva el premio al mayor riesgo a la hora de transformar el color de tus ojos, es la potencial pérdida de visión. No es secreto para nadie que esta zona tiene un montón de terminaciones nerviosas por lo que es muy fácil en el intento de cambiar su color, que el ojo se dañe y la persona pueda perder la vista.
Es necesario por tanto, tomar las previsiones mínimas a la hora de realizar un tatuaje en la córnea. La experiencia del tatuador es importante, ya que un simple fallo de éste podría llevar consigo la infección y una posible extirpación del mismo.